El aceite de CBD | EDABEA

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INVESTIGACIÓN TERAPEUTICA ACEITE CBD

La regulación del cannabis en ciertos países ha potenciado el desarrollo de la investigación de los aspectos más terapéuticos de la planta. Esta apertura, junto a otros muchos factores, ha posibilitado que conozcamos de verdad todas las propiedades de la marihuana, incluidas las del CBD (uno de los cannabinoides más presentes en la Cannabis sativa L. junto al THC).

Aunque aún queda mucho camino por andar, los estudios apuntan una larga lista de efectos beneficiosos del CBD:

- Es antibacteriano.

- Es vasorrelajante.

- Es analgésico.

- Es neuroprotector.

- Es tranquilizante.

- Es antiinflamatorio.

- Reduce el riesgo de obstrucción arterial.

- Reduce los niveles de azúcar en sangre.

- Reduce las convulsiones.

- Ayuda a controlar el vómito y la náusea.

- Alivia la ansiedad.

- Incluso se está estudiando los efectos que tiene sobre las células cancerígenas, pues se cree que inhibe el crecimiento de éstas (sin dañar las células sanas), y se considera especialmente efectivo para tratar el cáncer de colon y de mama.

Con todas estas propiedades, el CBD parece abrirse a incontables aplicaciones médicas. Enfermos de cáncer, de esclerosis múltiple, de artritis, de epilepsia, de endometriosis, de diabetes, aquejados de colon irritable, de ansiedad, depresión o de insomnio, entre otros, son los que más pueden beneficiarse de los efectos del CBD. Además, el CBD no tiene efecto psicoactivo, como sí sucede con el THC, por lo que su consumo huye de los efectos más lúdicos y recreativos, evitando el colocón.

Molécula de Cannabidiol (CBD-3D-balls), por Ben Mills

ASPECTOS A TENER EN CUENTA

El consumo de CBD en aceite es una de las alternativas más habituales. Se obtiene del cáñamo industrial y es comercializado en discretos botecitos que suelen estar provistos de cuentagotas.

Saber la cantidad de aceite de CBD que debe tomar cada persona puede ser una tarea ardua. En primer lugar, tenemos que entender que dichos aceites contienen cantidades ínfimas, prácticamente inexistentes, de THC. Sabemos que el CBD se utiliza para tratar la ansiedad pero el THC, por su parte, puede tener efectos adversos sobre los estados anímicos. Por eso, se cree que es más indicado para tratar la ansiedad el aceite de CBD con las mínimas concentraciones de THC (que son los únicos comercializados legalmente).

Estructura 2D de Cannabidiol(CBD), por Harbin

Y, ¿cómo saber cuál es la dosis que nos conviene en nuestro caso particular? Ahí reside el primer problema. Desgraciadamente, no hay muchos estudios que arrojen la suficiente luz sobre los efectos del CBD en humanos: los estudios hasta ahora realizados pueden tacharse generalmente de preclínicos o estudiar su acción sobre animales que, aunque comparten sistema endocannabinoide con el ser humano, no tienen por qué sufrir la misma respuesta.

Por otra parte, hemos de considerar el efecto séquito que explica que, por lo general, es más efectivo el tratamiento con “medicina de la planta completa”, es decir, sin aislar de modo sintético sus cannabinoides y terpenos, pues estos en interacción conjunta reportan mejores resultados que sus componentes aislados.

Desgraciadamente, los estudios son aún jóvenes y, con seguridad, veremos los próximos años hacia donde nos dirigen y podamos entender con mayor profundidad el funcionamiento de la planta y del sistema endocannabinoide.

Además, ocurre con los cannabinoides que tienen un efecto bifásico lo que quiere decir que el cuerpo humano no sufre los mismos efectos si consume una cantidad pequeña, que si consume una cantidad alta. Así que habrá que tener esto en cuenta, para obtener el efecto deseado. Por ello, lo recomendable es comenzar con dosis mínimas, como una gota sublingual o mezclada con comida o bebidas (ensaladas, yogur, zumos, etc.), manteniendo, antes de subir la dosis, el mismo consumo durante unos días para probar los efectos.

Vamos, por tanto, a ciegas en aspectos como las proporciones o la dosificación, sobre los que no existe aún consenso científico. De ahí que se vuelva vital el control de riesgos: hemos de estar informados de todos los avances, conocer el estado de las investigaciones y hacer uso del sentido común.

En cualquier caso, no se han descrito efectos secundarios graves relacionados con el consumo de CBD, por lo que, con cautela, cada cual puede ir buscando la dosificación más adecuada para sus dolencias.

Artículo de Nina Slick

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